En el momento en que registramos un dominio, somos los propietarios de los derechos para utilizar este nombre de dominio durante un periodo determinado. Sin embargo, este dominio puede cambiar de nombre u organización en cualquier momento. Y muchas veces el registrador de dominio no cobra dinero por hacer esta operación.
Este hecho hace que mucha gente entre en la especulación de dominios y registre nombres susceptibles de que otras personas u organizaciones los necesiten en algún momento, para así revenderlos y hacer negocio. Sobre todo, en los inicios de internet se pagaron verdaderas fortunas para registrar nombres de dominio.
Hoy en día ya no se pagan millones de dólares por un dominio, ya que hay múltiples combinaciones y, aparte, la mayoría de gente utiliza los motores de búsqueda como Google para encontrar una dirección. Por lo tanto, el posicionamiento es clave. A pesar de eso, el nombre de dominio sigue siendo muy importante y siempre hay gente dispuesta a pagar un poco más por el nombre que tenía pensado. Muchas empresas han construido su identidad de marca sobre un nombre específico y quieren continuar con este nombre en la red, como es lógico.
El límite de la legalidad
Comprar y vender un dominio no es ilegal, aunque hay países que prohíben registrar nombres de dominio específicos con la intención de venderlos a una empresa o persona que puede tener los derechos de propiedad intelectual sobre estos nombres. Según la Política uniforme de resolución de disputas por nombres de dominio (UDRP), una parte puede impugnar el registro de un nombre de dominio de otra parte si el nombre o marca está registrado. Si no se cumple esta política, se puede llegar a confiscar el nombre de dominio y puede haber consecuencias legales. Esta política del ICANN nació para combatir la ciberocupación. Esta acción consiste en registrar deliberadamente nombres de dominio correspondientes a terceros con la intención específica de obtener un beneficio. E, incluso, utilizar el dominio con usos poco adecuados para dañar a la marca en cuestión.
A pesar de eso, no siempre es ilegal comprar y revender un dominio. Cuando no se infligen daños a terceros es perfectamente factible. Prueba de eso es la figura de los domainers, inversores especializados en gestión de carteras de registros de dominios que, sin entrar en terreno ilegal, especulan con los nombres de dominio para sacar un beneficio. La actividad de los domainers se basa en registrar términos genéricos que pueden interesar a grandes marcas. Algunos ejemplos serían alquiler coches, turismo rural o bien seguros hogar.
Los domainers encuentran límites en las políticas de registro de ciertos dominios. Por ejemplo, si miramos la Política de registro del dominio .barcelona encontramos también que para registrar uno de estos dominios hay que ser una persona o entidad legal con un nexo con la comunidad .barcelona, ya sea para desarrollar una actividad lingüística, cultural, turística o comercial o bien de algún otro cariz que conduzca al beneficio de la comunidad .barcelona. Previamente el registrante debe exponer el uso que se pretende hacer de este nombre de dominio. Estos requisitos hacen que el nivel de especulación de nombres de dominio .barcelona sea más bajo.